Imagínate esto: tienes un hilo rojo por la cantidad de mazorcas de maíz que tienes en tu escondite secreto, un hilo verde por las llamas que no puedes comer y un hilo azul por la cantidad de sombreros de cabra que has perdido. (¡ups!).
Un ejemplo:
Digamos que tienes tres nudos en un hilo. Eso significa que tienes... ¡tres cosas! Suena fácil, ¿verdad? Pero luego –y ahora se vuelve loco– hay aún más nudos y aún más hilos. Así sabíamos cuánto de todo teníamos sin que mamá nos gritara porque se nos olvidaba cuántas llamas nos quedaban.
Cálculo de ejemplo:
Tomemos un hilo azul. Tres nudos: tienes tres mazorcas de maíz (¡mmm!). Ahora tomas un hilo amarillo, le haces cinco nudos: estas son las cinco llamas que tuviste que contar ayer. Y cuando mamá pregunta cuánto maíz y llamas hay juntos, ¡solo tienes que sostener los dos quipus uno al lado del otro y esperar que deje de hacer preguntas!
Y si olvidas algo, simplemente haces un nuevo nudo. Pero ten cuidado de no estropear los hilos... ¡de lo contrario la abuela pensará que te comiste dieciocho llamas y no sólo tres!
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