Pero bueno, ¡no creas que se trata solo de rocas! Ollantaytambo es en realidad como el supermercado de la época Inca. Aquí almacenaron todo tipo de cosas: maíz, patatas e incluso las primeras barras de chocolate. Bueno, casi. Cuando caminas hasta allí, te sientes como si estuvieras caminando por la sala de un abuelo muy, muy mayor, pero él realmente la ha limpiado... a pesar de que construyó todo en piedra.
Y luego está esto con el viejo Ollanta. Era un chico que estaba enamorado de la hija del jefe, el Sapa Inka. ¿Pero sabes qué? A papá no le hizo ninguna gracia, como cuando te comes el último chocolate de la casa y de repente todo el mundo se enfada contigo. Ollanta entonces tuvo que luchar de verdad, y al final... bueno, final feliz, creo. O no, depende de a quién le preguntes.
Entonces sí, Ollantaytambo: fortaleza de piedra, drama romántico y ¡el lugar donde los incas conseguían sus bocadillos!