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Erlebnisreiches Bogotá: Die Hauptstadt Kolumbiens - Teil 7

Bogotá Aventurera: La Capital de Colombia - Parte 7

Como viajero por Colombia, mi estancia en Bogotá fue un capítulo fascinante en mi viaje. La vibrante capital del país, ubicada a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar, ofreció una variedad de experiencias e impresiones que hicieron que mi viaje fuera inolvidable.

La ciudad es un crisol de culturas, reflejado en su arquitectura, arte, gastronomía y música. Mientras deambulaba por las calles de Bogotá, pude admirar el esplendor histórico de los edificios coloniales en el casco antiguo de La Candelaria, al mismo tiempo que admiraba los modernos rascacielos que perforaban el cielo sobre la ciudad.

Lo más destacado de mi estancia fue la visita a la impresionante Catedral de Sal de Zipaquirá, una iglesia subterránea construida enteramente con bloques de sal en una mina de sal en desuso. La vista de las intrincadas esculturas y relieves tallados en las paredes de roca salada era impresionante y transmitía una sensación de asombro por la fe y la creatividad humana.

Otra experiencia inolvidable fue asistir a un partido de fútbol en el Estadio Nemesio Camacho, mejor conocido como El Campín. Al entrar al estadio con la afición de Millonarios FC, sentí la atmósfera eléctrica que emanaba de las gradas. La pasión y dedicación de los fanáticos del fútbol colombiano fueron impresionantes, incluso si la seguridad y las reglas en el estadio eran mucho más estrictas de lo que estaba acostumbrado en Europa.


En Bogotá también encontré una rica escena culinaria que me cautivó por sus aromas y sabores. Desde la comida callejera en los animados mercados hasta los elegantes restaurantes que mostraban la cocina internacional y colombiana en su máxima expresión, la ciudad ofrecía una gran cantidad de delicias gastronómicas. Una cena en El Chato fue lo más destacado de mis exploraciones culinarias, donde quedé encantado con los platos creativos y el ambiente elegante.

Además de los atractivos turísticos, también disfruté la oportunidad de experimentar la vida cotidiana en Bogotá. Paseé por los barrios de la ciudad, observando el bullicio de las calles, escuchando los sonidos de los músicos callejeros y sumergiéndome en el ambiente animado de los mercados y plazas.


Lo más destacado fue la visita al Mercado de Frutas de Paloquemao, donde descubrí una selección casi infinita de frutas y flores frescas de todas partes del país. El color y la diversidad de los productos fueron abrumadores y reflejaron la rica diversidad agrícola de Colombia.

Además, Bogotá también tenía una vibrante escena artística y cultural que me emocionó con sus museos, galerías y presentaciones en vivo. Visité el famoso Museo del Oro, que alberga una impresionante colección de tesoros de arte precolombino, así como el Museo Botero, que exhibe obras del artista colombiano Fernando Botero.

La vida nocturna de Bogotá tampoco decepcionó. Desde clubes de salsa tradicionales hasta bares y discotecas de moda, había algo para todos los gustos y edades. Un punto culminante especial fue mi visita a Andrés en Chía, donde celebré con amigos hasta altas horas de la madrugada y experimenté la vibrante vida nocturna de la ciudad.


Cuando finalmente me despedí de Bogotá y abordé mi vuelo de regreso a Viena, sentí una mezcla de tristeza por el final de mi viaje y agradecimiento por las experiencias inolvidables que viví en Colombia. La hospitalidad y calidez de las personas que conocí en mi viaje dejaron una impresión duradera y espero regresar algún día para explorar más de este fascinante país. ¡Hasta pronto Colombia!

Imágenes (c) de Noah H. Textos (c) de Noah H.

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